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Una de las preocupaciones que tienen lo padres es no saber cómo sacar los gases a un bebé.
No todos los bebés sufren gases o cólicos, pero cuando sucede, nuestro hijo pasa malos momentos y nosotros sufrimos.
Afortunadamente, existen diversos métodos y técnicas para poder ayudarles a expulsar los gases con éxito y evitar que sientan dolor y malestar.
En este artículo, te explicaremos detalladamente cómo evitar que nuestro bebé sufra gases y en el caso de tenerlos, cómo eliminarlos de manera rápida y sencilla.
Es importante saber primero por qué tiene gases tu bebé y después identificar el tipo de gases, ya que no son todos iguales.
Los gases se pueden crear por distintos motivos y hay dos tipos muy diferenciados: gases estomacales y gases intestinales.
Los gases estomacales son los más comunes al principio, ya que están causados porque los lactantes no saben succionar correctamente y en las tomas, aparte de tragar leche, tragan también mucho aire.
También puede deberse a cuando el bebé pasa largos períodos llorando, por lo que le entra más aire.
Esto provoca una acumulación en el estómago que da lugar a irritación, dolor y malestar.
Por otra parte, están los gases intestinales. Éstos, se generan en el intestino y son provocados por la flora intestinal.
Algunos de los motivos por los que se generan, son por condiciones digestivas adversas como pueden ser las intolerancias. No obstante, esto lo tiene que comprobar siempre un pediatra.
Estos problemas se dan principalmente los primeros 3 meses de vida de nuestros hijos ya que todavía no están bien madurados los intestinos y el tubo digestivo.
Una vez explicado el origen, te indicaremos cómo quitar los gases a un bebé recién nacido para que esas molestias desaparezcan.
Existen diversos métodos y posiciones que puedes llevar a cabo para ayudar a tu hijo a que expulse todo el aire.
Esto, no quiere decir que sirva siempre, ya que cada bebé tiene unas necesidades distintas y debes siempre preguntar al pedíatra.
No obstante, son posiciones o fórmulas que no le harán mal y probablemente le ayudarán a la hora de eliminar el aire.
Bien sea con prevención o con movimientos y técnicas, te presentamos útiles consejos que te ayudarán a ti a tu bebé.
La prevención siempre será la mejor arma para evitar una acumulación excesiva de gases.
A veces, los bebés pueden estar durante bastante tiempo comiendo. Cuanto más se prolongue la ingesta, más gases pueden tragar, por lo que lo ideal es ayudarle a sacar los gases cada pocos minutos.
No te preocupes por interrumpirle. Será mucho mejor parar un poco y que expulse el aire que vaya acumulando a que coma del tirón.
Lógicamente, no hace falta hacerlo cada 5 minutos, pero sí al menos dos 2 veces antes de finalizar la toma.
Si tu bebé llora porque tiene hambre, intenta que no espere demasiado.
Al esperar, el niño llorará aún más, por lo que irá acumulando aire y, además en el momento de la toma, estará ansioso por alimentarse, lo que podrá provocar que trague mucho más aire y por consiguiente, mayor acumulación de gases.
Es mejor darle de comer con más frecuencia y menos cantidad.
Algo que calmará mucho a tu bebé y que le ayudará a mover todos esos gases y expulsarlos, será darle un pequeño masaje en su tripita.
Procura que tus manos estén calientes y masajea suavemente haciendo movimientos circulares en sentido de las agujas de un reloj.
Está demostrado que el calor aporta un efecto analgésico en las zonas en las que se aplica.
Si le pones calor a tu bebé en la barriga, conseguirás que los gases se muevan y se expulsen, aparte de calmar la zona.
Puedes aplicarle el calor directamente con las manos, o utilizar una toalla húmeda con agua templada.
También existen bandas especiales de calor para aplicar a tu bebé.
Si tu bebé toma biberón, existen modelos anticólicos que ayudan a reducir la ingesta de aire.
Esta es una buena solución preventiva, pero que no asegura al 100% la eliminación total del aire.
Las posturas también ayudarán a eliminar el aire de la tripita de nuestro bebé, o lo que es mejor, podrá evitar una acumulación excesiva.
Descubre cuáles son las más importantes.
Colocar al lactante en una postura correcta. Eso ayudará a que trague menos aire.
Cuanto más erguido esté el bebé, menos gases tragará. Evita que esté demasiado tumbado o encogido.
Además, así es posible que adquiera unos mejores hábitos a la hora de ingerir.
Pon a tu bebé boca arriba y haz movimientos circulares con sus piernas como si estuviera pedaleando.
También puedes llevar las piernas cerradas a su pecho y al bajarlas, ir abriéndolas suavemente.
Esta postura es una de las más utilizadas y no solo ayuda a eliminar los gases sino a facilitar el tránsito intestinal en caso de que nuestro bebé sufra de estreñimiento.
Ésta, es una de las posturas que surgen casi de manera natural o por imitación al estar tan extendida.
Lo único que hay que hacer, es sujetar a nuestro bebe poniendo su cabeza sobre nuestro hombro y con el cuerpo erguido. Una vez colocado, le daremos unas palmaditas en la espalda.
Verás como expulsa el aire con facilidad.
Colocamos al bebé boca abajo sobre nosotros y le damos unas suaves palmadas.
Conocida como la postura de “Superman”.
Pon a tu hijo boca abajo sobre uno de tus brazos y haciendo que su cabeza esté por encima de su pecho.
Puedes darle pequeñas palmadas o masajear la zona del abdomen.
Conseguirás aliviar sus molestias y calmarle.
