Los padres sabemos que el mejor tentempié que pueden tener nuestros hijos para media mañana es una pieza de fruta. Además, hay que desterrar desde ya la idea de que un zumo envasado es un buen sustitutivo, ya que suelen contener muchos más azúcares y privamos a nuestro hijo de uno de los grandes beneficios de comer fruta: la fibra.
Por razones de tiempo y/o comodidad, los niños comen mejor la fruta una vez pelada, y para incentivar el uso de la fruta pelada como tentempié debemos salvar el principal escollo: el paso del tiempo y las altas temperaturas tienden a estropear y oxidar la fruta en muy poco tiempo.
Si ya es costoso conseguir que nuestros hijos coman fruta de buena gana, la oxidación (o pardeamiento enzimático ) que se produce de forma natural debido a una reacción química, no va a facilitar la apetencia de los más pequeños. ¿Cómo podemos evitarlo? Te damos algunos consejos sobre cómo llevar fruta pelada al cole.
Una de las formas más sencillas de retrasar esa oxidación es rociar los pedazos cortados de fruta con un chorro de zumo de limón y guardarlos posteriormente en un tupper. De esta forma, la acidez del cítrico ayudarán a neutralizar los agentes que provocan esa oxidación y el oscurecimiento de la fruta. Si no disponemos de un limón puede usarse también otro cítrico.
Todos tenemos en la cocina algún cuchillo que ha comenzado a oxidarse. Si los empleamos para pelar o cortar la fruta fresca provocaremos que su oxidación sea no sólo más probable si no también más rápida. ¡Revisa los cuchillos antes de preparar el tentempié! Como alternativa a tener que revisar tu cubertería, te recomendamos que utilices un cuchillo de plástico o cerámica para este propósito.
Si envuelves los pedazos de fruta ya cortados en trozos de servilleta humedecida antes de guardarlos en el tupper, conseguirás crear una barrera entre la fruta y el oxigeno del aire que provoca su oxidación, retrasando el proceso. Tu hijo solo tendrá que retirar los trozos de servilleta y disfrutar de la fruta como si estuviera recién cortada. Puede usarse en combinación con el truco del limón y garantizamos que la fruta llegará como nueva a la hora del recreo.
Aunque este truco no deberías usarlo muy a menudo, debido al azúcar y las calorías que añaden a la fruta, añadir un chorro de almíbar de piña o de melocotón sobre los trozos de fruta una vez que los tengas preparados en el tupper, ayudan bastante a impedir esa dichosa observación. Recuerda ¡sólo de vez en cuando!
Si tienes la posibilidad de envasar la fruta al vacío será la forma más efectiva de evitar que la fruta se oxide, ya que si no hay oxigeno, no hay oxidación. Para envasar tus pedazos de fruta al vacío puedes utilizar este sencillo truco:
Esta es una alternativa muy recomendable si la preparación de la fruta fresca te resulta problemática. La fruta deshidratada conserva bastante de las propiedades que hacen a la fruta fresca nutritiva y saludable para los pequeños, aunque lo conveniente es que esto no acabe siendo un sustitutivo.
Debemos recordar que este tipo de fruta no debe guardarse en bolsas de plástico y debe conservarse en botes de cristal cerrado y en lugares frescos y secos lejos de la luz directa. Además, es probable que los más pequeños de la casa agradezcan el nuevo sabor, algo más concentrado y dulce de esta variedad de fruta.
En cualquiera de los casos, lo que sí resulta recomendable es que nuestros hijos disfruten de la fruta a diario pues su contenido en fibra (vital para el tránsito intestinal), en hierro, potasio y vitaminas de varios tipos, la convierten en uno de los alimentos más necesarios para su correcto crecimiento y desarrollo.
¡Confiamos en que todos estos consejos os ayuden a conseguirlo!