Si estás leyendo esto, significa que necesitar saber cómo quitar los mocos a un bebé.
No te preocupes, es un problema habitual de nuestros hijos y aquí te indicaremos buenos consejos para intentar eliminarlos.
Generalmente, los bebés y los niños, producen más mocos que los adultos, por tanto, es normal que sufran de mucosidad de manera habitual.
Sin embargo, cuando esos mocos les impide comer o dormir bien, entonces ya debemos de verlo como un problema.
Los factores neonatales, genéticos o ambientales, influyen directamente en este problema.
Los 2 primeros años de vida existe más predisposición a sufrir enfermedades respiratorias debido a la inmadurez del aparato respiratorio.
Además, al no tener tos productiva, no pueden generar secreción. La patología en sí se ralentiza al igual que su recuperación.
Está claro, que la mejor defensa es un buen ataque, y si quieres que tu bebé no tenga mocos constantemente, hay una serie de medidas que puedes seguir para que esté en un ambiente correcto y con unas condiciones en las que sea más difícil tener infecciones respiratorias.
Los bebés son muy sensibles a los cambios de temperatura. Si existen oscilaciones de manera frecuente, entonces serán más propensos a sufrir mocos.
Según los estudios una temperatura estable de 21º (tanto de día como de noche), será la correcta tanto para el bebé como para nosotros.
La estancia debe estar correctamente ventilada y la humedad relativa en el ambiente ideal se encuentre entre el 50% y el 60%.
Por tanto, una constancia climatológica hará tener un ambiente perfecto que podrá prevenir en muchas de las ocasiones que nuestro bebé tenga mocos.
Si tu bebé tiene más de 6 meses, entonces podrá empezar a tomar agua. Mantener hidratado a tu hijo será también una buena medida para evitar que tenga tantos mocos.
Si tiene menos de 6 meses, entonces dale las tomas de manera más frecuente o en su defecto, el biberón.
Existen muchos tipos de mocos.
Normalmente, un catarro empieza como una infección que entra por las vías respiratorias, es decir, por la nariz y la primera respuesta es la producción de moco claro y líquido.
Ese moco, dura una media de 3-4 días. Después, desaparece, pero nuestro bebé sigue sin respirar bien, por lo que han crecido las vegetaciones en la parte alta de la garganta.
Cada infección que entra, hace que sus vegetaciones crezcan.
Si el bebé está tumbado, no puede respirar bien porque el paladar cae hacia atrás. Sin embargo, si está erguido, entonces el paladar va hacia delante permitiendo una correcta respiración.
Las vegetaciones producen moco espeso que no puede expulsar nuestro bebé, por lo que hay que evitar que surjan episodios de infecciones respiratorias de manera muy seguida.
A continuación, te indicamos consejos determinados para los distintos tipos de mocos.
Para quitar los mocos de la garganta a tu bebé, podremos hacerlo de dos maneras.
Si tu bebé es muy pequeño, no sabrá cómo expulsar las flemas.
Para ello, ponlo boca abajo sobre tu brazo y dale pequeñas palmaditas. Tanto la posición como los golpecitos, facilitarán la salida.
Si ves que tiene flemas, nunca metas el dedo para eliminarlas. Espera el momento en el que se hayan movido a su boca y a través de una gasa esterilizada, retíralas cuidadosamente.
Si tu bebé tiene mocos secos, no utilices bastoncillos para quitarlos. Lo mejor que puedes hacer es utilizar unas pinzas nasales para bebés.
En el caso de que no tengas ninguna a mano, puedes utilizar tu dedo para retirarlos, pero si están muy secos, lo mejor es hidratarlos un poco con una gasa con agua para que se puedan separar de manera más fácil sin necesidad de tirar de la piel.
Existen diversos métodos y fórmulas para eliminar los mocos de nuestros bebés.
Dependiendo de la edad, puede resultar más útil una fórmula que otra.
Los bebés recién nacidos pueden tener mocos sin necesidad de tener ninguna infección.
La acumulación de los mismos, puede crearles muchas molestias, por lo que lo ideal es eliminárselos.
Para hacerlo, tendremos que utilizar los conocidos lavados nasales para hacer una limpieza correcta.
Necesitarás agua hipertónica de mar especial para bebés. Vienen en formato monodosis, por lo que se consigue echar la cantidad justa y evitar contaminación.
Lo único que tienes que hacer introducir un poco la cánula y apretar el envase. Saldrá todo el líquido y limpiará las mucosas del lactante.
Seguramente no le guste y se ponga a llorar, pero es normal.
Al igual que con los bebés recién nacidos, los lavados nasales son también perfectos para niños de pocos meses de edad.
Como hemos comentado, están indicados para bebés muy pequeños que todavía no se saben sonar y lo ideal es no utilizar más de 0,5 ml en cada fosa nasal si acaban de nacer.
Si un bebe tiene mocos con 2 o 4 meses, entonces esa cantidad podrá aumentar, pero nunca superar los 1,5 ml.
No obstante, en la farmacia te explicarán detalladamente la cantidad perfecta según la edad de tu bebé.
Los aspiradores nasales son muy útiles para eliminar los mocos de los bebés, pero hay que utilizarlos con moderación. Como mucho, entre 1 y 2 veces al día y lo mejor es hacerlo antes de las tomas para que puedan comer correctamente.
Es mejor utilizarlos después de haber hecho lavados nasales y hemos comprobado que no han salido todos los mocos.
Lo único que tienes que hacer es introducir un extremo de la cánula en una fosa nasal de tu bebé y por el otro extremo tendrás que aspirar.
Los mocos irán a parar al tubo.
Ten en cuenta que la aspiración tiene que ser suave para causar la menor molestia posible a tu bebé.
Si ya es tarde y tu bebé sufre de bastante mucosidad, una gran opción es poner calzas de 30º debajo del colchón con sábanas o toallas para facilitar la respiración. Verás como tu pequeño descansa mucho mejor.